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martes, 19 de agosto de 2014

Inversor Vs Jugador


“Si llevas media hora jugando al poker y no sabes quién es el pardillo de la mesa, el pardillo eres tú” Warren Buffet.

Uno de los grandes problemas con el que se puede topar es con el síndrome de la “parte derecha de la pantalla”. Un inversor es incapaz de acertar el momento de entrar en alguna acción.

Todo el mundo con un poco de formación financiera ante un gráfico histórico cualquiera podría identificar en su parte visible sus distintas fases y decir, con precisión quirúrgica, los mejores instantes para entrar en le valor X.

Resulta que la realidad es muy distinta. Analizar el pasado es mucho más fácil que analizar el presente, aunque lo que en realidad hacemos es adivinar el futuro. Por eso se dice que la bolsa es un juego de expectativas futuras porque, a pesar de lo que se diga, intentamos adivinar el futuro. De una forma u otra.


¿Ese es realmente el problema? No. El problema es mucho más sencillo. Es que entramos en la Bolsa con un enfoque equivocado y, al revés que muchos grandes inversores (Warren Buffet, Soros, Kostolany, etc), produce que el inversor/jugador caiga en una espiral de pérdidas continuas. Por eso Buffet suele decir que los inversores pierden “por hacer demasiado”. No son inversores, son jugadores.

Enfoque del jugador.

Este es el enfoque clásico con el que nos solemos acercar a la bolsa. Tenemos unos ahorrillos y, literalmente, los apostamos al "caballo ganador" que, por supuesto, no termina siendo más que otro podenco del montón. Muchos libros de bolsa dicen que es por culpa de nuestros nervios, que no tenemos el sistema/método mágico correcto o que nos falta experiencia. Solo en esto último aciertan.

Lo sé porque yo también lo he vivido, personalmente y en mi familia. Damos el último click del ratón. Ahora ya hemos metido nuestros ahorros de nuestra vida en uno (o varios) valores. El pulso se nos acelera. La avaricia (y el miedo) nos corroe pero, sobre todo, lo que no descubrimos que es la simple y pura ludopatía camuflada en un “sistema” lo que estamos experimentando. Y, por supuesto, todo se va al traste. Frustración.

O nos salimos con un triste beneficio de un 5% o con unas pérdidas del 20%. No hay término medio. Desconocemos las verdaderas reglas de actuación. Y volvemos a comprar otro libro, a ir a otro seminario, a otro curso, para conocer el santo grial de la inversión. Todo vuelve a empezar.

Y cada vez con más miedo/frustración hasta que al final abandonamos.

Es un negocio, ¡estúpido!

Es solo eso.

Se trata de comprar a un precio y vender a otro más caro, así de sencillo. Un ejemplo simplificado vendría muy bien para entender con más facilidad lo que quiero decir.

Primero, que haya mercado. Tiene que haber gente interesada en comprar si no... nada. Después hay que buscar el mejor producto y más barato. Hablamos entonces de comprar un producto de marca a un precio superior pero de una calidad conocida y fácilmente identificable en el mercado o un producto sin marca más baratas. O simplemente una mezcla de varios para abarcar varios tipos de compradores.

Siguiente paso: creación de un stock. Creación de un Stock acumulando cierta cantidad de producto (de un tipo o varios). Para luego esperar que se vayan vendiendo a un precio superior al coste además de una pequeña parte que será nuestro beneficio para poder vivir. Si se vende nuestro producto a un precio alto deberemos reponer stock y compraremos más. Siempre a un precio menor que el de venta. Si no se venden, lo mantendremos hasta que tenga salida o venderemos a un precio de saldo para no volver a coger ese tipo de producto porque el mercado, evidentemente, no lo quiere.

Ese es el enfoque que deberíamos tener al acercarnos a la Bolsa con la única particularidad de que el mismo mercado donde compramos nosotros es donde vendemos y, eso, es lo que nos confunde.

No sé si habrá quedado del todo claro, no todo es tan sencillo y es difícil explicarse en un espacio tan reducido, pero creo que es suficiente para hacerse una idea de lo que quiero decir. Aunque siempre es más fácil decir que hay que buscar la siguiente fórmula mágica de los huevos de oro y pegar el pelotazo.

Un saludo.

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